Tierras comunales (Portugal)

Las tierras comunales son esenciales para la supervivencia de las comunidades en las sociedades premodernas; estas se utilizaban tradicionalmente para el cultivo o el pastoreo, la recolección de madera o piedra para la construcción, los arbustos para combustible o para la fertilización, la producción de miel, etc. En Portugal, las tierras comunales han sobrevivido hasta el día de hoy, a pesar de los ataques que fueron impulsados principalmente desde la segunda mitad del siglo XVIII por un estado adverso inspirado en el pensamiento liberal, y por una feroz y poderosa burguesía rural que deseaba ansiosamente poner las manos sobre estas tierras. El hecho de que las comunidades hayan tenido que enfrentar ataques de diferentes antagonistas (nobleza feudal, señores campesinos, burguesía terrateniente, pensadores fisiocráticos, liberales y positivistas, administración estatal moderna) ha fortalecido los lazos y fortalecido la acción colectiva en las comunidades.

El reconocimiento de la comunidad de bienes por la Constitución de la República Portuguesa de 1976 fue una oportunidad para recrear nuevas formas de uso de los bienes comunes más adecuadas a las realidades contemporáneas. Algunas de estas vías tenían por objeto revitalizar las comunidades mediante la acción colectiva y la inversión en capital material y social; otras han tratado de ampliar y diversificar el acceso a la utilización de bienes comunes para satisfacer las demandas de usuarios externos como el turismo, los deportes o las agencias de ocio. En estos casos, las actividades realizadas podrían implicar un alto grado de mercantilización, a diferencia de lo que ocurrió en los primeros.

El objetivo de esta investigación es identificar los cambios en el uso de la tierra comunal en Portugal y analizar en qué condiciones podría apoyar la revitalización de las zonas rurales en declive. Esta investigación permite debatir sobre el futuro de las tierras comunales en Portugal y sobre los retos que los nuevos usos de estas tierras plantean a las economías locales, pero también evaluar cómo una de las formas más antiguas y básicas de compartir recursos se está adaptando a las nuevas circunstancias.

La investigación utiliza un método de estudio de casos centrado en una sola entidad, las tierras comunales de la montaña de Lousã, en el centro de Portugal, históricamente divididas en diferentes comunidades cuyo modo de uso de la tierra evolucionó de manera contrastante: ya sea hacia el fortalecimiento de la identidad comunal o hacia una inversión en el turismo local, ofreciendo una amplia gama de servicios.

La observación etnográfica, las entrevistas y el análisis documental son las principales herramientas de investigación del estudio. El trabajo de campo se lleva a cabo desde 2014.

Investigador: Pedro Hespanha.